No hay acontecimiento sino un cuerpo receptor de esta forma de experiencia, así como no hay imagen sin acontecimiento nos parece plantear a cada momento Pablo, entonces hablar de lo latinoamericano en estas pinturas es entender que como latinoamericanos no tenemos un centro, es entender que los eventos y nuestra historia no se desarrollan en cadenas lineales, y más que realidad lo que tenemos ante nosotros son una carga de complejidades y reclamos, ya que no hay corazón, solo dificultades en las distribución de las problemáticas. Es quizás por eso que para entender lo latinoamericano como nos plantea esta serie de Pablo Linsambarth no tenemos planos correctos, ni arquitectura estable que nos sostenga, todo lo que intentamos representar no es otra cosa que un punto de fuga. Esta forma de paisaje que por años entendimos como latinoamericano está cambiando, y nuestra propia geografía desbordada ya no tiene un orden como el que intentaron demostrar o cartografiar los pintores viajeros como Rugendas. Las distorsiones políticas hoy en día nos piden otra imagen y no simplificar los acontecimientos en líneas históricas, ya que la vida y el paisaje sucede ante nosotros como estas pinturas a cada instante, a cada momento como un acontecimiento desbordado.
Victor López Zumelzu
Galería Vigil Gonzalez
Hasta el 15 de marzo
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