jueves, 4 de febrero de 2016

Retrospectiva de Rosi Schwartzman (1978-2015)

La década de 1980 había comenzado, en el Perú, con una vuelta a la democracia y el regreso a la presidencia del arquitecto Fernando Belaunde. Asimismo, se daba inicio a la violencia política con las acciones terroristas de Sendero Luminoso. Este escenario, sin embargo, marca una orientación para el que Schwartman resulta marginal. Es en 1980, cuando Schwartzman egresa de la Escuela de Bellas Artes (ENBA), luego de haber realizado sus primeros años formativos en Miami y el taller de Cristina Gálvez. De manera que su tendencia hacia planteamientos entre oníricos y reflexivos, se inscribe en la pauta de cierta pintura figurativa norteamericana y las estrategias para dibujo de Cristina Gálvez que ofrecen una vía de salida del academicismo.

Para mediados de la década, sus paisajes urbanos recogen una dialéctica entre escenarios idealizados de ciudades europeas o norteamericanos como en Café concert, 1986, (Figura 4) y otros escenarios que podrían atribuirse a Lima, como Esperando el micro, 1984, (Figura 5). También resulta interesante que mientras en la representación se rompa literalmente -asociado al procedimiento técnico correspondiente-, en Esperando el micro la imagen gana realismo a pesar del uso del color blanco/gris que cubre de manera característica al personaje. Hay algo de pintura de exilio, es decir, de imagen que aporta con una distancia peculiar entre el self y el entorno.  Una distancia que se acentúa precisamente en la medida que, en el Perú, azota con mayor fuerza la violencia a la vuelta de la década de 1990, como una suerte de contrapunto alegórico. Un contrapunto; esto es, una distancia que, desde dentro, se asume por la necesidad de romper con el ideal geométrico y de diseño inicial y señalar con ello hacia la naturaleza orgánica del detalle.
Así, -es, que luego de su viaje a China, en 1993, sus obras asumen una pintura de imaginación asociada a un desarrollo de la línea del dibujo. Incorporando una naturaleza de lo oriental que, sin embargo, transita por una mirada desde el ornamento y el trabajo minucioso. De esta manera enSin título, 2003, (Figura 6) la niña mira al paisaje mientras regresa sobre aquellos sentimientos, de soledad y de silencio-, que ponen en evidencia algo que algunos intérpretes de su obra llamaninterioridad.
Galería Germán Krüger Espantoso
Del 7 enero  al 14 de febrero
De martes a domingo de 11:00 a.m. a 8:00 p.m.

Ingreso libre

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario