viernes, 12 de febrero de 2010

MUSICA, EL SONIDO Y EL SILENCIO

En momentos donde la tecnología revoluciona (y evoluciona) nuestra forma de actuar y sobretodo de sentir, aún nos quedan experiencias que nos llevan a estímulos naturales, a sensaciones puras sin intervenciones de artificiales circuitos que nos mimetizan en un mundo antes futurista y que ahora existe casi inadvertido. La música y la pintura se plantean aquí como dos motivaciones humanas, que el ser aún puede experimentar a pleno en su elaboración. La figura y la melodía, en una armonía tan personal como los gustos de cada uno, son tan auténticas como las infinitas “culturas” que cada día se descubren desde barrios locales hasta continentes lejanos. La diversidad de conjuntos melódicos debido a pensamientos y costumbres de pueblos, ciudades, países, es importante por cómo la gente busca relacionarse de una manera sensible, quizás pacífica o unificadora y que al mismo tiempo anhela vías alternas de una comunicación más emotiva. Así también sucede con nuestras imágenes, la extensa predilección del artista y sus espectadores por los varios estilos pictóricos, históricos y contemporáneos, hacen que las oportunidades de darle a nuestro banco de imágenes sea más rico y a la vez nos permita dar rienda a la imaginación y su lectura. Felipe Mayuri Poma Curador independiente

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