En sus obras, Vanessa se inserta en escenarios fantásticos, caracterizados por trasfondos psicodélicos de formas orgánicas abstractas hechas en colores vibrantes; se trata de paisajes irreales sin tiempo ni lugar concretos, en los que la artista interactúa con personajes de anime, y se ve envuelta en situaciones ambiguas y sexualmente cargadas.
De alguna manera, estos cuadros buscan negociar con las presiones del mundo real recurriendo al mundo de fantasía: incorporan la realidad—vía el autorretrato—para reelaborarla en clave ficción, mediante las citas al anime. En tal medida, las referencias biográficas no son descritas tanto como reescritas. Las imágenes nos hablan del reconocimiento de la fluidez de la sexualidad y de lo multiforme del deseo en narrativas cómicas, lúdicas y empoderizantes en las que la subjetividad se despliega al margen de las presiones que impone la sociedad y su matriz heteronormativa. En esa línea, el abanico de modelos de figuración que aparecen en los cuadros, que abarca desde el realismo, hasta las distorsiones y exageraciones propias del anime, apunta a un campo abierto de posibilidades del ser.”
Max Hernández Calvo.
Cuándo: 8 de julio
Dónde: Galería CRISIS
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