La inmersión en estos papeles también ha sido larga si tenemos en cuenta que las primeras series que integran la muestra se exhibieron por primera vez en 2015(*). Podemos decir también que con El fuego de los niños la artista comparte su lectura artística de lo acontecido, una “versión de los hechos” articulada a partir de varios conjuntos de cuadros bordados, la mayoría de ellos con imágenes periodísticas rescatadas serigráficamente, así como con instalaciones en las cuales los materiales textuales y fotográficos parecen haber conseguido invocar presencias, como en la pieza “Escrito está” (2021), una de las últimas en ser realizadas y que de pronto adquiere el peso de pieza insignia del conjunto: una veintena de camisitas y faldas infantiles de tocuyo, arracimadas y flotantes, sobre las cuales, en un notable “bordado tipográfico”, algunas frases extraídas de los periódicos adquieren la severidad de las sentencias. Este espíritu parece haberse desplazado también a sus instalaciones relacionadas con el mundo de la pedagogía, sus “aulas” de clase –un modo de honrar también el oficio paterno- cuyos “cuadernos bordados”, en esta ocasión, consignan también textos que son fruto de su pesquisa en las fuentes periodísticas del pasado: “La oscuridad”, “NN”, “Yo pregunto”, etc.
Mediante esta exposición colegimos que si bien los diarios evidencian la propensión acumulativa del tiempo lineal, revelan también que existen al menos dos temporalidades: la personal y la colectiva. Los periódicos –con su puntillosa consignación de días- demuestran que nuestra biografía íntima se entremezcla, inevitablemente, con la del país en el que nos tocó vivirla y una revisión de sus publicaciones periódicas sirve para reorganizar –a veces abruptamente- nuestra propia memoria.
Manuel Munive Maco
Dónde: Galería UNSA, Arequipa
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